viernes, 8 de febrero de 2013

Gerardo Romano: "Yo juzgo a un gobierno por sus medidas y miro con asombro y muy agradecidamente las medidas del gobierno. La Asignación Universal por Hijo, la recuperación de las las jubilaciones, el matrimonio igualitario, la Ley del intérprete, y como esas muchas"

Charla con el actor Gerardo Romano, próximo a interpretar a Perón en el unitario Historia Clínica.


¿Usted adhiere al gobierno kirchnerista?
Sí, pero no en todo, lo hago críticamente.
- ¿Cómo fue su acercamiento al kirchnerismo? ¿Qué aspectos o medidas del gobierno fueron las que empezaron a seducirlo?
Yo me fui del país después de la caída de De la Rúa, después de haber estado en la plaza el 19 y 20 de diciembre puteando y tirando piedras. Me exilié en Uruguay sintiéndome asqueado, estafado, sin plata, y no quería saber más nada.
Y cuando asumió Kirchner pensaba que iba a ser el mismo desastre, pero un día leyendo las noticias dije “mirá a quienes nombró en la Corte Suprema”, y desde ahí comencé a mirar con asombro y muy agradecidamente las medidas del gobierno. La Asignación Universal por Hijo, la recuperación de las las jubilaciones, el matrimonio igualitario, la Ley del intérprete, y como esas muchas.
- ¿Y cuáles son las cosas que critica?
Hay pequeñas anécdotas… pero de las que han existido siempre. Yo los juzgo por las medidas políticas y no me detengo en las cuestiones individuales. Perón vivía como la gran puta, como un señor burgués, en grandes fincas, con sus mocasines de charol blanco, sus camisas. Evita tenía un gran ropaje y alhajas. Sin embargo, Isaac Rojas, el almirante que lo expulsó del poder en el 55, vivía en un departamento en un contrafrente en Santa Fe y Austria, y lideró una Revolución Fusiladora.
- ¿Qué piensa sobre la posibilidad de un tercer mandato de Cristina? ¿Desea que continúe en el poder? 
A mí en abstracto me gusta la democracia participativa, al estilo cantonal, en la cual ni se sabe las personas que están gobernando, que haya una alta rotación y alternancia. Eso es lo que me gustaría, así nadie es muy poderoso.
Pero eso es de laboratorio en Suiza. La Argentina, para poder resistir el embate de un mundo globalizado, necesita de un gobernante que tenga anclaje. Los americanos no admiten más que una reelección, pero ¿qué importa eso si no podés cambiar nada signifcativo una vez estando en el poder? Si no podés cambiar la enmienda segunda de portación de armas para que deje de haber masacres. Entonces da igual quién está, porque no se puede gobernar. No me puedo ni imaginar lo que pasaría en Estados Unidos si un presidente toma algunas de las excepcionales medidas que implementaron Néstor y Cristina, medidas que sólo se tomaron en los primeros gobiernos de Perón, la "primavera" camporista, y ahora.

Fuente: Infobae

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