Bajo la idea de visibilizar a los sectores más pobres, postergados y excluidos del sistema de trabajo formal, marcharon desde Liniers hasta la Casa Rosada para reclamar por trabajo y dignidad.
La jornada comenzó con la tradicional misa a las 8.30 tras lo cual partió la 'Caravana por la Dignidad'.
La caravana se trasladó desde la avenida Rivadavia y Cuzco e ingresó a la Plaza de Mayo a través de tres columnas: una por Avenida de Mayo, otra por Diagonal Norte; y la tercera, por Diagonal Sur.
Gildo Onorato (Dirigente CTEP, Secretario Políticas Sociales) diferenció esta marcha de las otras dos iniciativas realizadas "el 24 de febrero con el paro nacional de ATE y la del 29 de abril donde las cinco centrales se pronunciaron contra los despidos, ya que en esta oportunidad, por primera vez se pone en agenda el reclamo de los compañeros más vulnerables, los desprotegidos que no están incluidos en el sector formal".
Onorato apuntó que este segmento "sufrió un profundo deterioro en todas la variables de la informalidad, sector que creció al 40 por ciento en la actualidad", a lo que "se suma el cierre de mercados y locales barriales como las panaderías y carnicerías que son electro dependiente, los clubes de barrio, y el faltante de comida en la mesa de la familia que produce un profundo mal, disgregando la familia".
Y advirtió que "cuando el Estado abandona con sus políticas sociales el territorio, lo que gana espacio es el narcotráfico, el delito, los sectores corruptos de las fuerzas de seguridad que estigmatizan a los chicos pobres. En este sentido se está observando una profundización de los casos de violencia institucional", confió.
En el mismo sentido se pronunció monseñor Jorge Lozano quien definió: "La clase media más pobre está en el límite de subsistir con salarios atrasados" y advirtió sobre "los altos índices de desocupación".
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