Luego de la polémica por el precio y la falta de aceite, Ricardo Buryaile, el ministro argentino de Agroindustria del gobierno de Mauricio Macri, admitió que habrá faltante de manteca. Los supermercados de Capital Federal, Gran Buenos Aires, ya comenzaron a tener carencia de ese producto. El desabastecimiento se suma a la escasez de aceite, que ya no se encuentra en las góndolas o las empresas exigen llevar un paquete de arroz para poder comprarlo. En Tierra del Fuego no hay productos desde hace semanas. Lo mismo sucede en Mendoza y Río Negro.
“Nosotros como Gobierno podemos persuadir al comercio para que vendan a un determinado precio, pero no vamos a hacer control”, sostuvo Buryaile.
Al respecto, el ex dipútado nacional Roberto Feletti, sostuvo que “se evidencia con estas declaraciones la concepción ideológica del gabinete macrista respecto a que los recursos los asigna el mercado conforme a criterios de rentabilidad”.
"Va a faltar manteca por la decisión empresaria de producir más queso que es más rentable y ahí no nos podemos meter", afirmó Buryaile.
"Es medio una barbaridad decir que como se hace más queso no se hace manteca”, refutó Luciano Di Tella, ex titular de la Dirección Nacional de Lechería y actual directivo de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel).
Según explicó, la manteca se produce con la grasa de la leche. Esta se retira en los casos de quesos magros, en bajas proporciones, debido a que no se quita en su totalidad por un tema de gusto del consumidor. La mayor cantidad de grasa se obtiene al procesar la leche descremada -que se retira en su totalidad-, la cual es utilizada por la industria alimenticia para elaborar, por ejemplo, chocolates, helados (no artesanales) o galletitas.
Debido a que se requiere de mucha escala para producir leche descremada, la manteca sólo es elaborada por grandes empresas. Sólo dos pymes hacen manteca, pero compran la materia prima (grasa) a las grandes.
Di Tella manifestó que esta situación podría haberse evitado “si el Estado hubiese como mínimo controlado el stock básico u obligando a que la industria hubiera avisado que se estaba quedando sin materia prima”.
En este sentido, Feletti señaló que “la discusión no se puede centrar en si se gana más produciendo queso o manteca. Lo que el Estado debe asegurar son los 13,7 millones de litros de leche por año que se requieren para garantizar el mercado interno. Eso no se puede dejar a libre voluntad de los empresarios”. “Si liberas todo al mercado, y es más conveniente exportar que vender en el país, se van a pagar las galletitas a precio internacional".
Lo cierto es que luego de la suba del aceite acordada entre el gobierno y la cámara que nuclea a los productores de ese insumo de la canasta básica, se suma un nuevo golpe a los consumidores.
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