lunes, 22 de abril de 2013

Con apoyo del Conicet, la ciencia nacional se acerca a la vacuna contra el cáncer de piel más agresivo

Con apoyo del Conicet, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y el Instituto Nacional del Cáncer, la Fundación Instituto Leloir y el Instituto Alexander Fleming llegaron a la última fase de investigación para la vacuna contra la forma más agresiva de cáncer de piel: el melanoma. 

El trabajo, que ya está en la última fase de investigación clínica, apunta a impedir la reaparición de esta enfermedad en pacientes que lo tuvieron o lo sufren en forma temprana: 500 personas mueren por año a causa del melanoma en la Argentina. En 2009, este tumor produjo 299 muertes en hombres y 210 en mujeres.

El líder del equipo de investigación, José Mordoh, jefe del Laboratorio de Cancerología de la Fundación Instituto Leloir, y de bioterapia en el Instituto Alexander Fleming, adelantó a Yésica De Santo, de Tiempo Argentino, que "en dos o tres años esperamos contar con la vacuna aprobada”.

 

De pasar esta última etapa, la vacuna se convertirá en la primera a nivel mundial en tratar esta patología e impedirá la reaparición del melanoma en aquellas personas que lo han sufrido o que se encuentran en el estadio temprano.

Según explicó Mordoh, “estos pacientes no tienen enfermedad visible pero sí un 60% de posibilidad de recaer. Por medio de las aplicaciones evitamos que la enfermedad vuelva.”


La investigación que se lleva a cabo sobre 108 pacientes con melanoma cutáneo fue aprobada por la ANMAT en 2009 e implica un seguimiento al paciente durante los cinco años posteriores, para evaluar si está libre de enfermedad y su calidad de vida.


Los pacientes reciben 13 aplicaciones a lo largo de dos años, y cada dos meses. Según Mordoh, de aprobarse la vacuna, “la estrategia de aplicación podría ser la misma” y deberían realizarse un control cada seis meses.


En la Fundación Instituto Leloir se llevan a cabo investigaciones básicas relacionadas con inmunoterapia antitumoral, mientras que el ensayo clínico (con pacientes) se lleva a cabo en el Instituto Alexander Fleming, que aporta toda la infraestructura clínica.


La fase anterior del estudio comenzó en 2002 e incluyó la prueba de la vacuna a 20 pacientes. “El 70% de los pacientes con melanoma cutáneo de estadios II-III (12 pacientes) continúa libre de enfermedad. Es un excelente resultado, pero hay que seguir. Estamos aprendiendo mucho, no sólo a controlar las micrometástasis sino también qué es lo que puede despertarlas.”


El experto explicó que la vacuna es la mejor estrategia porque “el melanoma es un tumor inmunogénico, esto quiere decir que genera una respuesta inmune que podemos mejorar con las aplicaciones. Ya sabemos que otros tratamientos, como la quimioterapia no tienen éxito. 


Por lo contrario, las vacunas terapéuticas apuntan a que la persona desarrolle sus propias defensas”, precisó Mordoh.

La vacuna está compuesta por una mezcla de células tumorales irradiadas (inofensivas) que, junto con las sustancias estimuladoras del sistema inmune activan su respuesta para atacar al tumor.


“El objetivo es despertar al sistema inmune para que envíe las defensas a los sitios donde se encuentre comenzando las micrometástasis”, explicó Mordoh.


De esta forma, la vacuna terapéutica “educará” al sistema inmune para que reconozca la diferencia entre las células normales y las cancerígenas. Para explicarlo, el doctor contó que uno de los componentes de la inmunización tiene la propiedad de atraer hacia el sitio de vacunación un tipo de glóbulos blancos clave para la defensa del organismo: las células dendríticas.


La misión de estas últimas es “atrapar a los antígenos que ingresan al organismo, llegan al sitio de vacunación y, una vez allí, incorporan y procesan a las células tumorales irradiadas, con los antígenos característicos del melanoma”.


De esta forma, luego de "incorporar" y "procesar" las proteínas del "invasor", las células dendríticas viajan hacia los ganglios linfáticos, donde les enseñan lo que aprendieron a otras células especializadas del sistema inmune para que sepan reconocer y atacar el desarrollo del tumor, eliminando las células tumorales residuales.


La investigación también cuenta con el apoyo de la Fundación Sales desde 1988. Se estima que para el último estudio ya aportó 3 millones de dólares, entre becas, equipos de alta tecnología, drogas y los gastos para la incorporación gratuita de pacientes al estudio final, y sobre todo en las investigaciones básicas que dieron origen a los desarrollos clínicos.


Arturo Prins, director ejecutivo de la fundación, explicó que se "decidió financiar esta investigación hace 25 años" y lo hizo "con los pequeños aportes mensuales que recibe de más de 70 mil ciudadanos”. El CONICET aporta al proyecto investigadores, becarios y el laboratorio del Instituto de Investigaciones Bioquímicas Buenos Aires, que funciona en el Instituto Leloir de Buenos Aires.


Por otra parte, la Fundación Cáncer (FUCA) comenzó a apoyar las investigaciones preclínicas en el Centro de Investigacione Oncológicas hacia fines de la década de 1990. El laboratorio que actuará como patrocinante del actual ensayo clínico es Pablo Cassará.


La Argentina no es el único país en el que se está trabajando en una vacuna terapéutica para erradicar el melanoma, de hecho, existen múltiples trabajos provenientes de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, y Holanda en los que se intenta llegar a la cura del cáncer de piel. Sin embargo, todos presentan –hasta el momento– resultados negativos.


Para Mordoh, esto se debe a que “tomaron caminos equivocados al tratar a pacientes con una elevada carga tumoral. De esa forma, no les queda resto para poder trabajar en reforzar al sistema inmune, porque aquellos sistemas ya se encuentran muy debilitados.”


El cáncer de piel se forma en los tejidos de la piel y puede deberse a diversos factores, como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación UV a largo plazo.


El melanoma es considerado el más agresivo de todos los tumores cutáneos y su frecuencia de aparición en la población aumentó en los últimos años, representando el 5% de los tumores malignos.


Según los especialistas, en la mayoría de los casos, el melanoma no se detecta de forma temprana “porque la gente no está acostumbrada a observar su cuerpo”. “Tenemos que aprender a activar señales de alerta con respecto a los cambios en nuestra piel.


Para eso, es fundamental la buena comunicación entre médicos y pacientes”, destacó Mordoh. En el mismo sentido, el experto aclaró que para favorecer el contacto de quienes participan del protocolo y sus médicos, se publicará la historia clínica de los pacientes online.


Los trabajos para la prevención del cáncer crecen de forma exponencial. En el país, los resultados del tratamiento contra el melanoma están impulsando a los científicos a realizar estudios en cáncer de colon y de mama que podrían, con el tiempo, derivar en dos nuevas vacunas antitumorales. 

Nefasta asociación bronceado-salud

“En los últimos 30 años, la incidencia mundial de melanoma está en aumento, lo cual es lógica consecuencia de los cambios de hábitos, como la mayor exposición solar, consecuencia de la nefasta asociación entre bronceado y belleza y/o entre bronceado y salud”, destacó Gabriela Cinat, oncóloga de la Unidad Funcional de Melanoma y Sarcoma del Instituto de Oncología Ángel Roffo, de la UBA.


Si bien sólo el 5% de los cánceres dermatológicos son melanomas, ocasionan el 90% de todas las muertes por cáncer de piel en el mundo. Si se lo detecta precozmente, el melanoma suele ser una enfermedad curable, que se extirpa por medio de una cirugía.


Por el contrario, una vez que ya se extendió a otras partes del organismo (hígado, pulmones, huesos y cerebro), el pronóstico para los pacientes no es bueno: menos del 10% de quienes desarrollan melanoma metastásico sobrevive cinco años después del diagnóstico.


Los rayos UVB en su interacción con la piel son los mayores responsables en la generación de cáncer de piel.


La principal fuentes de radiación es la luz solar. Estar largo tiempo a la intemperie por motivos de trabajo o diversión sin protegerse con ropas adecuadas y protector solar aumenta el riesgo. Otra fuente peligrosa de radiación ultravioleta son las camas solares.


Por tal motivo, el Intituto Nacional de Cáncer, junto a la Sociedad Argentina de Dermatología y la Asociación Argentina de Dermatología, desalientan su uso.

Cómo participar

Toda persona puede participar voluntariamente del Estudio Clínico de la Vacuna terapéutica contra el Melanoma, ya sea derivado por su médico dermatólogo u oncólogo, o por voluntad propia.


El costo del tratamiento está cubierto e incluye traslados desde el interior y estadía en Buenos Aires, que serán subsidiados por el Instituto Nacional de Cáncer (INC)
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Los médicos que deseen incorporar pacientes al estudio final deben dirigirse al doctor Mordoh, jmordoh@fuca.org.ar; o al 011-4314-2222.


Entre los principales requisitos, el estudio comprende a personas de ambos sexos de 18 a 65 años dentro de los cuatro meses de cirugía que no hayan recibido quimioterapia o inmunoterapia previas.


Serán excluidos quienes presenten diabetes tipo I o II, embarazadas, o quienes presenten antecedentes de enfermedades autoinmunes.

Todos los criterios de inclusión/exclusión pueden consultarse en el sitio de la Fundación Sales www.sales.org.ar.

El abc del melanoma

El primer signo: es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar. Pensar en el "ABCDE" puede ayudarlo a recordar lo que debe vigilar:
Asimetría: el contorno de una mitad no es igual al otro.  
Bordes: los bordes son desiguales, borrosos o irregulares.
Color: el color es desparejo y puede incluir tonalidades negras, cafés y canela.  
Diámetro: hay cambios en el tamaño, generalmente se vuelven más grandes.  
Evolución: estar atento a cualquier cambio en el lunar en las últimas semanas o meses. La mayoría tiene un área negra o azulada. 

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