viernes, 18 de noviembre de 2016

"Se termina siendo parte de una oposición 'permitida' que no discute lo que hay que discutir sino que se 'sorprende' y decreta 'emergencias' que todos sabíamos que se iban a producir"

A través de un extenso comunicado, La Cámpora tomó distancia de la movilización que se realizórealizan este viernes al Congreso, al considerar que la ley de Emergencia Social "se trata de un elemento necesario y complementario a la aplicación de las mismas medidas que pretende combatir". Además, apuntó contra los movimientos que "amagan" con medidas de fuerza pero no las utilizan para ir contra el Gobierno. En ese contexto, recordaron parte del discurso de Néstor Kirchner al asumir en el 2003: "Los problemas de la pobreza no se solucionan con políticas sociales sino con políticas económicas". Por eso, insistieron, "nada hay en la ley que ataque las causas de la denominada 'emergencia' que sus propios fundamentos critican".

La organización militante mas grande de nuestro país, La Cámpora, emitió un comunicado advirtiendo que “cualquier acción que tienda a mitigar los efectos de la aplicación de las medidas de la actual gestión en materia económica y social, tiene nuestro apoyo y acompañamiento”. Sin embargo, aclararon que en el caso particular de la Ley de Emergencia Social promovido por las organizaciones de la economía popular, se trata de “un elemento necesario y complementario a la aplicación de las mismas medidas que pretende combatir”.

En ese sentido advierten que en su artículo 2° el proyecto instruye al Ministerio de Desarrollo Social a crear un millón de nuevos puestos de trabajo, “como si un mero artículo de una ley pudiera generar los factores necesarios para reconstruir lo que la actual gestión está pulverizando en forma premeditada”.

La Cámpora reivindica “los verdaderos 6 millones de puestos de trabajo” creados durante los gobiernos de néstor y Cristina, y advierte que en esta ley “nada hay que ataque las causas de la denominada ‘emergencia’ que sus propios fundamentos denuncian”. Por el contrario, señalan que “al considerar como ‘emergencia’ a la actual situación social se pretende que entendamos una excepcionalidad que no es tal”. En ese marco, consideran que “las medidas económicas del actual gobierno generan pobreza y desigualdad como único resultado posible y en forma sistemática. No como excepción, sino como regla”.

“Si sabemos cuáles son las causas del problema, debemos ir contra ellas y no aplicar paliativos -advierten-. Se trata de retomar la senda del trabajo y el consumo interno, se trata de focalizar los factores económicos en la economía productiva y no en la fenomenal bicicleta financiera que se ha gestado. Sobre esto ni el proyecto en cuestión ni los representantes de los derechos de los trabajadores parecen acusar recibo”.

Para La Cámpora, “la negociación a puertas cerradas no reemplaza las responsabilidades de las organizaciones sociales y sindicales en la defensa del salario y el empleo”, y consideran “indudable” que “la situación de millones de argentinos se deterioró de manera notable estos últimos meses”, reivindicando haber anticipado ellos lo que iba a suceder, en lo que -advierten- fue tomado como “campaña del miedo”.

Sostienen además que “no discutir las bases del modelo y afirmar que esto es el resultado de un fenómeno meteorológico es una maniobra que se utilizó en el pasado reciente en la Argentina para mantener el statu quo. No se puede pretender que el pueblo argentino ignore lo que realmente pasa, por más decoración mediática que se le quiera dar, por más “herencia” que se intente hacerle creer”.

El comunicado completo, a continuación:

“Reinstalar la movilidad social ascendente que caracterizó a la República Argentina requiere comprender que los problemas de la pobreza no se solucionan desde las políticas sociales sino desde las políticas económicas”.

Néstor Kirchner, 25 de mayo de 2003 “Ustedes, las organizaciones de los excluidos y tantas organizaciones de otros sectores de la sociedad, están llamados a revitalizar, a refundar las democracias que pasan por una verdadera crisis. No caigan en la tentación del corsé que los reduce a actores secundarios, o peor a meros administradores de la miseria existente”.

“…no dejarse encorsetar, porque algunos dicen: la cooperativa, el comedor, la huerta agroecológica, el microemprendimiento, el diseño de los planes asistenciales… hasta ahí está bien. Mientras se mantengan en el corsé de las «políticas sociales», mientras no cuestionen la política económica o la política con mayúscula, se los tolera.
Papa Francisco, 5 de noviembre de 2016

Cualquier acción que tienda a mitigar los efectos de la aplicación de las medidas de la actual gestión en materia económica y social, tiene nuestro apoyo y acompañamiento. Sin embargo, consideramos que el caso particular del proyecto de Ley de “Emergencia Social y de las Organizaciones de la Economía Popular”, se trata de un elemento necesario y complementario a la aplicación de las mismas medidas que pretende combatir.

De esta forma, en su artículo 2do dice: “Instrúyase al Ministerio de Desarrollo Social a crear un millón (1.000.000) de nuevos puestos de trabajo”, como si un mero artículo de una ley pudiera generar los factores necesarios para reconstruir lo que la actual gestión está pulverizando en forma premeditada.

No fue así como se consiguieron los (verdaderos) 6 millones de puestos de trabajo durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner. Y mencionamos a ambos gobiernos porque son los mismos considerandos de esta ley los que reconocen el hecho de que la “emergencia” se da en contraste a las conquistas que el pueblo argentino logró durante los doce años recientes.

Nada hay en la ley que ataque las causas de la denominada “emergencia” que sus propios fundamentos denuncian. Nada. Contrariamente, al considerar como “emergencia” a la actual situación social se pretende que entendamos una excepcionalidad que no es tal. Las medidas económicas del actual gobierno generan pobreza y desigualdad como único resultado posible y en forma sistemática. No como excepción, sino como regla.

Si sabemos cuáles son las causas del problema, debemos ir contra ellas y no aplicar paliativos. Se trata de retomar la senda del trabajo y el consumo interno, se trata de focalizar los factores económicos en la economía productiva y no en la fenomenal bicicleta financiera que se ha gestado. Sobre esto ni el proyecto en cuestión ni los representantes de los derechos de los trabajadores parecen acusar recibo.La negociación a puertas cerradas no reemplaza las responsabilidades de las organizaciones sociales y sindicales en la defensa del salario y el empleo. Ese fue el esquema que se aplicó en la Argentina en la década de 1990, los resultados son innegables y los dirigentes lo saben.

Es indudable que la situación de millones de argentinos se deterioró de manera notable estos últimos meses. Esto lo venimos advirtiendo desde el primer momento de asumida la actual gestión del Poder Ejecutivo Nacional y desde antes, durante las elecciones, lo que algunos denominaron “campaña del miedo”.

La precarización del trabajo, su literal destrucción, eso sí es una fenomenal campaña de miedo e intimidación cuyo único objetivo es el de concentrar aún más el ingreso y la riqueza en la Argentina. Frente a este hecho no vemos la utilización de las herramientas que tienen a disposición los trabajadores y las organizaciones sociales aunque sus dirigentes “amaguen” con hacer uso de ellas.

Es que la acción misma del “amague” se transforma en complicidad sino se actúa. Se termina siendo parte de una oposición “permitida” que no discute lo que hay que discutir sino que se “sorprende” y decreta “emergencias” que todos sabíamos que se iban a producir. Todos lo sabíamos.

No discutir las bases del modelo y afirmar que esto es el resultado de un fenómeno meteorológico es una maniobra que se utilizó en el pasado reciente en la Argentina para mantener el statu quo. No se puede pretender que el pueblo argentino ignore lo que realmente pasa, por más decoración mediática que se le quiera dar, por más “herencia” que se intente hacerle creer.

Saludamos y celebramos la movilización pero no podemos dejar de señalar que el lugar natural del pueblo para defender el trabajo, el salario y los derechos adquiridos fue, es y será la Plaza de Mayo. Y el pueblo lo sabe".



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