Inacción. Esa es la palabra que define con toda sencillez y contundencia el papel que desempeñó el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires desde el trágico temporal que, además de dejar muertos, convirtió a buena parte de las calles porteñas en un desastre pocas veces visto. ¿Y los funcionarios? ¿Y los camiones de emergencia de la ciudad? ¿Y el Jefe de Gobierno?
Mientras los principales referentes del PRO pasean por Miami o Punta del Este, los barrios de Mataderos, Liniers, Flores, Floresta, Villa Soldati, Barracas, La Boca y Caballito permanecen castigados luego de una noche fatídica. Basta con una breve recorrida para ver cómo sólo la solidaridad entre vecinos pudo mitigar en parte el dolor de muchos. Pero los casos más graves y urgentes, no encuentran respuestas a sus necesidades. Y las lágrimas en los ojos por todo lo perdido y por la impotencia, son moneda corriente.
Entonces, con las pruebas a la vista, ¿desde qué lugar Mauricio Macri puede reclamarle ayuda al Gobierno Nacional para temas como la Policía o el traspaso de Subtes y colectivos si cuando tiene que estar, cuando la presencia de las autoridades de Buenos Aires debe ser plena, las 24 horas al día, porque hay media ciudad sufriendo consecuencias tremendas, con árboles incrustados en sus casas, calles anegadas y cables colgando por doquier, sin servicios, es nula?
Quedó muy expuesto. Ante una tragedia, el Gobierno de la Ciudad no tiene respuestas. No pueden dar solución a las necesidades básicas. El papel del PRO durante esta semana fue, cuanto menos, vergonzoso.
por Iván Gleizer
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