El equipo argentino empató 1 a 1 ante su par boliviano por los goles de Cellerino y Roger Martínez, ambos en el segundo tiempo. Enorme partido de Luciano Aued. También se destacaron Leandro Grimi, Lisando López, Ezequiel Videla y Nicolás Sanchez.
El “partido inteligente” que anunció Facundo Sava consistió en parar un esquema de 4-4-1-1, condicionado más por la altura de La Paz que por el limitado poderío de un rival al que, en la primera rueda, había goleado con comodidad en Avellaneda.
Arriba eligió la experiencia de Lisandro López en lugar, por caso, de la velocidad del colombiano Roger Martínez.
Le salió bien la apuesta a Racing en el primer tiempo. Bolívar apenas si se acercó al arco de Saja (sin peso ofensivo, las llegadas del local fueron remates de media distancia); Sánchez respondió, impecable, en el juego aéreo; y, del otro lado, Videla pudo abrir la cuenta con un disparo que dio en el travesaño.
El ingreso de Arce por Saavedra le dio mejor dominio al conjunto boliviano, y a los dos minutos del complemento el local estuvo a punto de romper el cero con un muy buen tiro de Cardozo que Saja sacó de manera magistral sobre el ángulo superior derecho de su arco.
Esa intensidad de los bolivianos acentuó el perfil del partido en esos minutos iniciales de la etapa final, y aunque el ingreso de Roger Martínez le permitió a Racing equilibrar por varios pasajes, el Bolívar terminó poniéndose en ventaja a los 23 minutos, con un gol de Gastón Cellerino.
Al sufrimiento que se avecinaba para Racing le puso un paño frío el colombiano Martínez cinco minutos más tarde, cuando -tras un tiro libre de Acuña que pegó en el palo derecho del arco de Quiñónez-, puso la cabeza para el 1-1.
Al Bolívar le ganó entonces la resignación y ya no pudo más. Racing volvió a apelar a la solidaridad de sus jugadores para recuperar y defender -en especial Luciano Aued de magistral noche- a la paciencia para tener la pelota el mayor tiempo posible y se quedó con lo que fue a buscar a La Paz: la clasificación.
El “partido inteligente” que anunció Facundo Sava consistió en parar un esquema de 4-4-1-1, condicionado más por la altura de La Paz que por el limitado poderío de un rival al que, en la primera rueda, había goleado con comodidad en Avellaneda.
Arriba eligió la experiencia de Lisandro López en lugar, por caso, de la velocidad del colombiano Roger Martínez.
Le salió bien la apuesta a Racing en el primer tiempo. Bolívar apenas si se acercó al arco de Saja (sin peso ofensivo, las llegadas del local fueron remates de media distancia); Sánchez respondió, impecable, en el juego aéreo; y, del otro lado, Videla pudo abrir la cuenta con un disparo que dio en el travesaño.
El ingreso de Arce por Saavedra le dio mejor dominio al conjunto boliviano, y a los dos minutos del complemento el local estuvo a punto de romper el cero con un muy buen tiro de Cardozo que Saja sacó de manera magistral sobre el ángulo superior derecho de su arco.
Esa intensidad de los bolivianos acentuó el perfil del partido en esos minutos iniciales de la etapa final, y aunque el ingreso de Roger Martínez le permitió a Racing equilibrar por varios pasajes, el Bolívar terminó poniéndose en ventaja a los 23 minutos, con un gol de Gastón Cellerino.
Al sufrimiento que se avecinaba para Racing le puso un paño frío el colombiano Martínez cinco minutos más tarde, cuando -tras un tiro libre de Acuña que pegó en el palo derecho del arco de Quiñónez-, puso la cabeza para el 1-1.
Al Bolívar le ganó entonces la resignación y ya no pudo más. Racing volvió a apelar a la solidaridad de sus jugadores para recuperar y defender -en especial Luciano Aued de magistral noche- a la paciencia para tener la pelota el mayor tiempo posible y se quedó con lo que fue a buscar a La Paz: la clasificación.
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