El poder adquisitivo del salario mínimo y de la jubilación mínima se triplicó en los últimos diez años en un importante número de productos, período en el que se rearmó el Consejo del Salario y se establecieron dos ajustes jubilatorios al año.
En 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación, el salario mínimo se encontraba en 200 pesos, y a las pocas semanas pasó a 250. Del mismo modo, la jubilación mínima que estaba en 150 pesos, aumentó a 220.
Entre 2003 y 2013, en términos absolutos, el salario mínimo trepó 16 veces, de 200 a 3.300 pesos; y la jubilación mínima se multiplicó por 11; de 150 a 2.477.
Pero en capacidad adquisitiva, ambos haberes triplicaron su poder de compra en un importante número de productos y servicios.
Así, si en 2003 un asalariado necesitaba de un ingreso mínimo y medio para alquilar un departamento de dos ambientes en Boedo o Flores; en la actualidad, ese gasto le insume tres cuartos de su sueldo.
En tanto, si un jubilado requería más de un haber y medio para afrontar ese mismo alquiler, ahora con menos de la mínima le alcanza.
Asimismo, un automóvil que significaba en 2003 unos 92 salarios mínimos, hoy se obtiene por 18 sueldos de la categoría más baja, según el mismo modelo.
En el caso de un jubilado del primer escalafón, si en 2003 debía emplear 104,5 haberes, actualmente necesita el equivalente a 23,5 para comprar ese mismo vehículo.
En 2003, con un salario mínimo se podían comprar 131,5 litros de nafta súper; un pasaje en avión Buenos Aires-Córdoba; o cinco pasajes en micro a Mar del Plata.
Hoy, alcanza para 412,5 litros de súper; 3 viajes en avión a la provincia mediterránea ó 26 pasajes a La Feliz.
Para los jubilados, que con la mínima hace diez años pagaban 116 litros de combustible; un vuelo a Córdoba ó 4 en micro a Mardel; ahora pueden adquirir el equivalente a 310 litros de nafta; hacer 2 viajes y medio a Córdoba ó 20 a la ciudad balnearia más elegida del país.
En el caso del transporte, un sueldo mínimo alcanzaba en 2003 para 294 boletos de colectivo; 357 de subte; 500 de tren ó 43 viajes en taxi desde el microcentro hasta Caballito.
Actualmente son 2.200 los viajes en colectivo; 1.320 en subte; 3.300 en tren; ó 69 en taxi, desde Casa Rosada hasta Primera Junta.
Más allá de los beneficios que tiene el sector pasivo en lo que respecta a pasajes de trenes, si el cálculo se realiza de manera lineal podían adquirir 440 pasajes, mientras que en la actualidad cobran una cifra equivalente a 3.538 boletos.
También multiplicaron el uso de su mínimo al viajar en 2003 259 veces en colectivo; 440 en tren ó 38 en taxi; en tanto que ahora cobran el equivalente a 2.251 pasajes mínimos de colectivo; 3.538 en ferrocarril; o 52 viajes en taxi.
En el consumo de alimentos, el salario mínimo pasó en diez años de poder comprar 31 kilos de asado a 78,5; de 119 botellas de gaseosa de litro y medio a 300; de 83 kilos de tomate a 236; de 71,5 kilos de manzana a 236; de 167 litros de leche a 446; de 50 kilos de pollo a 220; de 71,5 kilos de arroz blanco doble a 194; o de 71 kilos de yerba a 122.
También la mínima jubilación aumentó su poder de compra del asado, de 27,5 kilos a 59; de las gaseosas, de 105 a 225; de tomate, de 73 kilos a 177; de la manzana, de 63 a 177 kilos; de la leche, de 141 a 335 litros; del pollo, de 44 a 165 kilos; del arroz, de 63 a 146 kilos; o de la yerba, de 68 a 91 kilos.
En el caso de la indumentaria, con un salario mínimo se pasó de comprar 25 a 37 guardapolvos; de 5 a 13 pantalones de jean; o de 5 a 11 pares de zapatillas.
Acá los jubilados pudieron aumentar su consumo de 4 a 10 jeans; o de 4 a 8 pares de zapatillas.
En el rubro esparcimiento, la mejora adquisitiva del sueldo más bajo posibilitó que de 33 entradas al cine tradicional en 2003 se puedan comprar ahora 78 ó 53 si es para proyecciones 3D.
También que de 125 diarios se pasaran a comprar 471; de 25 a 69 menús ejecutivos; de 12,5 a 50,5 pizzas grandes de muzzarella; de 14 a 33 kilos de helado; o de 21 a 47 docenas de empanadas.
Por su parte, los abuelos pudieron pasar de 37 a 69 entradas de cine tradicional, ó 43 en 3D; de 110 diarios a 354; de 22 a 52 menús ejecutivos; de 11 a 38 grandes de muzza; de 12 a 25 kilos de helado; y de 18 a 35 docenas de empanadas.
En cuanto a los electrodomésticos, el mínimo tanto salarial como jubilatorio permitió mejorar las chances de comprarlos. Así, un lavarropas que en 2003 requería de dos sueldos y medio, pasó a poder ser adquirido por tres cuartos de ingreso; una cocina, de dos salarios a menos de medio; una heladera con freezer, de cuatro a menos de uno.
Si para un microondas antes se necesitaba más de un salario, ahora con menos de un cuarto se compra; y si para una TV de 20 pulgadas, había que destinar casi dos sueldos, actualmente con poco más de medio se puede adquirir.
También los jubilados que antes debían destinar más de tres haberes y medio para un lavarropas, hoy lo sacan por menos un mínimo; y si en una cocina empleaban dos jubilaciones, ahora la compran con media.
En el caso de una heladera con freezer, de requerir cuatro jubilaciones y media se pasó a poco más de una; para un microondas, de casi una y media a un tercio; y para un televisor, de más de dos mínimas a tres cuartos.
En el caso de los celulares, el asalariado más bajo pasó de poder comprar 2 a tener la posibilidad de adquirir 8 aparatos; y el jubilado del menor escalafón, de 2 a 7.
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