jueves, 7 de agosto de 2014

Rusia se vuelca a Sudamérica y "prohibe o limita" importaciones de EEUU y Europa en lo que a productos agrícolas, materias primas y alimentos se refiere

Rusia decidió "prohibir o limitar" las importaciones de productos agrícolas, materias primas y alimentos de países que sancionaron a Moscú por el conflicto en Ucrania, y convocó a embajadores sudamericanos, entre ellos el argentino, para ver cómo sustituir esas compras.

Los principales afectados por las sanciones ordenadas por el presidente Vladimir Putin serán Estados Unidos y todas sus exportaciones agrícolas, especialmente las de carne, y la Unión Europea (UE) y todas sus exportaciones de frutas y verduras, dijo una fuente oficial a la agencia de noticias rusa Ria Novosti.

Estas mismas potencias occidentales, en tanto, advirtieron hoy sobre el avance militar ruso sobre la frontera con Ucrania.

La OTAN, la alianza militar liderada por Washington y las potencias europeas, alertó en un comunicado que Rusia tiene unos 20.000 soldados "listos para el combate" muy cerca de la frontera y que podría utilizar el "pretexto" humanitario para enviarlas al territorio de su vecino, informó la agencia de noticias EFE.

Desde la sede del Mando Europeo de Estados Unidos, en Stuttgart, Alemania, el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, se sumó a la advertencia de la OTAN.

"Cuando uno ve el despligue de las tropas rusas a lo largo de la frontera y la sofisticación de estas tropas, su entrenamiento y su avanzado equipamiento militar...por supuesto que (una invasión) es una realidad. Es una amenaza, una posibilidad, totalmente", respondió Hagel a un grupo de periodistas.

Ayer, Rusia pidió sin éxito al Consejo de Seguridad de la ONU el envío de una misión humanitaria para lidiar con los más de 285.000 desplazados que ya dejó la ofensiva del Ejército ucraniano y grupos paramilitares aliados contra las milicias separatistas pro rusas, que en abril tomaron dos provincias del este y, más tarde, declararon su independencia.

Todos los días familias ucranianas siguen abandonando sus casas y escapan de los combates, que no cesan ni por un segundo.

El gobierno ucraniano informó hoy que 18 soldados murieron y otros 54 resultaron heridos en 25 enfrentamientos en las sublevadas provincias de Donetsk y Lugansk.

El vocero de la ofensiva del Ejército, Andrey Lysenko, volvió hoy a acusar a Rusia de permitir que milicianos separatistas ataquen a las tropas ucranianas con morteros y artillería desde su territorio.

En tanto, habitantes del suburbio industrial de Kalininsky, a sólo dos o tres kilómetros del centro de la ciudad de Donetsk, denunciaron que la zona fue bombardeada anoche por el Ejército ucraniano, según reprodujo la agencia de noticias Europa Press.

No es la primera vez que habitantes del este de Ucrania o autoridades separatistas acusan a Kiev de atacar poblaciones civiles.

Sin embargo, Lysenko reiteró hoy ante la prensa que "el Ejército ucraniano no bombardea barrios de Donetsk y Lugansk ni otros lugares con una población civil similar".

Pese a que aún es imposible saber con certeza qué grupo es responsable de muchos de los ataques en el este ucraniano, medios internacionales ya han podido comprobar que el Ejército recuperó el control de Slaviansk, una ciudad de Donetsk que supo ser un bastión separatista, a fuerza de bombardeos diarios.

Ante la continuidad de los combates y la falta de reglas claras por parte de los bandos, el gobierno holandés decidió suspender, otra vez, la búsqueda de los últimos cuerpos de las víctimas del avión malayo que se estrelló el 17 de julio pasado en la provincia de Donetsk.

En una conferencia de prensa en La Haya, el primer ministro, Mark Rutte, explicó que "es muy peligroso" continuar trabajando en el campo abierto donde se estrelló el avión de Malaysia Airlines y murieron cerca de 300 personas.

La preocupación de los investigadores no sólo se debe a los continuos combates que sacuden pueblos y caminos a sólo dos o tres kilómetros de la zona donde ellos trabajan, sino que la creciente tensión diplomática entre Rusia y las potencias occidentales hace temer un conflicto aún mayor.

Según adelantó hoy un funcionario de la Agencia de Control Sanitario rusa, Alexei Alexeenko, las sanciones impuestas por Moscú alcanzarán al 100% de las importaciones estadounidenses, según Ria Novosti.

La lista completa de productos agrícolas, alimentos y materias primas que quedarán suspendidas durante un año recién se conocerá mañana, pero Alexeenko sostuvo que, en su opinión, también incluirán a todas las frutas y verduras producidas en la UE.

El año pasado, Rusia compró 1.000 millones de dólares de productos agrícolas, principalmente carne y pollo, a Estados Unidos y unos 11.800 millones de dólares a la UE.

En total, Rusia importó alimentos por 43.000 millones de dólares el año pasado y se consolidó como el principal comprador de frutas y verduras europeas, y en uno de los mayores importadores de carne, pescado y pollo del mundo.

La orden de Putin de "prohibir o limitar" las importaciones agrícolas y de alimentos también pide que los diferentes órganos de su gobierno tomen todas las medidas necesarias para evitar que se disparen los precios internos.

Por eso, la Agencia de Control Sanitario rusa convocó para mañana a los embajadores de Argentina, Ecuador, Brasil y Chile para discutir la posibilidad de sustituir las importaciones suspendidas, según la agencia de noticias rusa Interfax, citada por la agencia DPA.

Asimismo, la agencia adelantó que autorizó a 91 fabricantes de alimentos brasileños el acceso al mercado ruso.

Los esfuerzos por aumentar el intercambio comercial entre Rusia y Sudamérica llegan apenas un mes y medio después de una gira de Putin por la región y una visita a Buenos Aires en la que calificó de "estratégica" la relación con la Argentina.

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