El ministro de Economía, Axel Kicillof, afirmó hoy que la inflación bajó a un tercio desde comienzos del año pasado “para todo el mundo, aún para el que miente desde la oposición”, y advirtió que “el debate económico está teñido de intereses políticos” a través de “tipos muy poderosos que tienen mucha plata”.
En declaraciones a radio La Red, Kicillof destacó que “la agenda de los temas importantes, sensibles y urgentes no es la que marca (el diario) Clarín, según la cual el gran problema es que hay sectores que quieren comprar más dólares”, y aclaró que su prioridad “en años electorales y no electorales es la defensa del empleo y la atención de los sectores más vulnerables de la población”.
El ministro dijo además: “no estoy como candidato ni soy parte de ninguna campaña, y tampoco estoy hablando para eso con nadie”, aunque reivindicó su pertenencia a la agrupación La Cámpora, el Frente para la Victoria y el kirchnerismo, y sostuvo: “tengo tanto trabajo como Ministro de Economía que me dedico a esto”.
Según Kicillof, la baja de la inflación “no es resultado del azar”, sino que “se redujeron los precios de un montón de productos y se tomaron muchas medidas para controlar al sector privado, que tiene tendencia especulativa”.
El titular del Palacio de Hacienda recordó que al lanzarse el Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu), en enero del año pasado, la inflación oficial fue “muy alta, de 3,7%”, como consecuencia del impacto en la corrección cambiaria.
“En aquel momento, el índice que llaman Congreso y yo llamo trucho, ya que lo difunden diputados opositores, promediaba niveles de distintas consultoras, de entre 3 y 6%, y ahora esos mismos candidatos vestidos de economistas hablan de entre 1,4 y 1,9% y pronto van a estar cerca de un punto”, indicó Kicillof.
El ministro aclaró que “el gobierno toma medidas para manejar los precios, pero esta es una cuestión privada, no del gobierno. Este es un país capitalista, donde el Estado representa cuando mucho el 30% y los precios los decide y los cobra el empresario”.
Recordó al respecto que “el año pasado, muchos irresponsables que deberían estar dando cuenta, decían que la inflación de enero se iba a mantener o a acelerar, que iba a ser de 60%, con impactos mayores en salarios y tarifas, y un dólar ilegal a 30 pesos. Eso decían el 80% de esos economistas de la oposición, que en realidad son candidatos vestidos de economistas”.
Kicillof replicó luego a quienes dicen que la suba de precios provoca un “enorme atraso cambiario” y advierten sobre la devaluación de la moneda de Brasil, de 25% desde julio, cuando la Argentina elevó su tipo de cambio sólo 6% en ese período: “olvidan que la corrección local de enero fue de 22%, con lo cual la suba fue de 30% en todo el año pasado”.
De todos modos, reconoció que es “inevitable” la repercusión interna de la “devaluación violenta” en Brasil, como se ve en el sector automotor, que demanda el 60% de los coches que se fabrican en el país.
Sobre la demanda interna de divisas, Kicillof admitió que “mucha gente se vuelca a comprar dólares porque hay quien le dice va a haber una mega devaluación”, y aludió a los capitales fugados del país por argentinos ricos, que son presentados por algunos medios como “víctimas y perseguidos por el gobierno”.
“Si estos dólares estuvieran en el país habría otro acceso a las divisas”, definió el ministro, tras cuestionar a los medios que “instalan un tema, lo demonizan y ya no se puede hablar, sólo lo que quieren ellos que se hable”.
El ministro advirtió por último que “en el mundo hay un terremoto económico enorme, cambiario, financiero y económico en cuanto al nivel de actividad”, con una caída del petróleo de 60% que obligó a muchos países a fuertes ajustes, frente a lo cual el gobierno ha tratado de fortificar la economía argentina, para que impacten con menor intensidad y no repliquen adentro.
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