Omar Príncipe llevó a Federación Agraria a la negociación y tuvo un buen resultado, pero conmocionó a la Mesa de Enlace, que vuelve al paro. La lucha de intereses y sus protagonistas contada por un dirigente muy cercano a la historia de Buzzi.
La postura de Federación Agraria Argentina cuestionando el cese de comercialización que la Mesa de Enlace resolvió para esta semana puso en crisis a esta organización, nacida en 2008 a la sombra del conflicto por la Resolución 125, que fijaba retenciones móviles a las exportaciones de soja (a mayor valor internacional, mayor tasa de retención). Muchos se mostraron sorprendidos, ya que descontaban que la nueva conducción de la federación no era más que la continuidad de la de Eduardo Buzzi. Otros, en cambio, esperaban este paso desde hace rato, y se asombran de que no se haya dado antes. Son los que sostienen que las diferencias de intereses entre los agricultores federados, por un lado, y la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales, por otro, son insalvables. Lo cierto es que la decisión de Omar Príncipe, actual titular de Federación Agraria, provocó una conmoción en la dirigencia (incluso dentro de su propia organización) y un agitado debate aguas abajo, a nivel de referentes locales. Para Pedro Peretti, ex director titular de Federación Agraria y compañero de ruta de Buzzi durante más de diez años, después de la disputa por las retenciones “la Federación no tenía nada más que hacer dentro de la Mesa de Enlace; la organización gremial que nació para defender a pequeños y medianos productores terminó transformada en un partido político de orientación agraria cuyo objetivo central era desgastar y sacar a este gobierno, poner a algún diputado en las listas y a Buzzi como candidato a gobernador. Yo creo que la historia va a ser muy pero muy dura con Buzzi, porque era consciente de los intereses para los que estaba jugando, mientras abandonaba la defensa de los chacareros”, señaló el dirigente, que hoy se ilusiona al ver que “Príncipe se animó a saltar el cerco”.
Como otras veces, la medida de fuerza central de la Mesa de Enlace hace eje en un cese de comercialización de hacienda y granos, un lockout, por varios días. Esta vez serán tres, de la cero hora del miércoles a la medianoche del viernes. Pero sin la participación de la Federación Agraria como fuerza de choque, no habrá movilizaciones ni bloqueo de rutas. Luis Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural, aseguró ayer que la paralización “será contundente, no será un fracaso porque no participe Federación Agraria”. Sin embargo, los federados no serán los únicos que no se suban: Cartez, Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona, que forma parte de CRA, anticipó que el cumplimiento de la medida quedará supeditada a las condiciones de cada productor, teniendo en cuenta que la zona está fuertemente afectada por las inundaciones. “Se consensuó (con las autoridades de CRA) que aquel productor de las provincias de Córdoba, San Luis, La Rioja y Catamarca que esté obligado a retirar su producción (hacienda y/o granos) de las áreas anegadas lo haga y se lleven a cabo los remates y ferias programadas cuando persigan idéntico resultado”, informó por nota el titular de Cartez, José Manubens Calvet, este jueves a cada entidad rural asociada.
Aunque las contradicciones vienen de larga data, la Mesa comenzó a resquebrajarse cuando la nueva conducción de FAA retomó las conversaciones con las autoridades nacionales para presentar sus demandas en favor de los pequeños y medianos productores, diferenciadas de las cuestiones “macro” y “promercado” que suelen adornar los reclamos encabezados por la Sociedad Rural o CRA. Así, Príncipe obtuvo, en pocas semanas, un tratamiento crediticio preferencial del Banco Nación y una compensación de 30 centavos por litro de leche para los tamberos de escala media y baja de producción.
Políticas diferenciadas
“Las políticas públicas diferenciadas son tan elementales como necesarias, esa es la clave de la defensa del pequeño y mediano productor”, sostuvo Peretti. “El reconocimiento de los 30 centavos por litro de compensación es un paso enorme en esta puja distributiva entre los productores lecheros medianos y chicos de un lado, y los grupos concentrados de la industria pero también de los grandes tambos, del otro. Porque esta política errónea de tratar como iguales a los que son distintos, produjo una impresionante concentración y la desaparición de muchos tambos pequeños por problemas estructurales que no se contemplaron.”
–¿Cuáles son esos problemas estructurales?
Uno es el costo logístico. El litro de leche recorre en promedio mil kilómetros en este país para llegar a la mesa. La solución para las cuencas más alejadas sería volver a los mercados de cercanía, habilitar la venta de leche cruda en localidades de menos de cinco mil habitantes, para romper la dependencia del grupo de industrias que concentran el negocio. El otro problema que no se ve es el arrendamiento. Hoy el precio de alquiler del campo, donde pastan las vacas del tambero, se fija en quintales de soja: tantos quintales por hectárea. Si sube la soja más que el precio de la leche en tambo, éste deja de ser rentable. Así han desaparecido muchos y se produjo una gran concentración en manos de los tambos más fuertes, que tienen tierras propias. Esto hay que regularlo.
–Esto señala que también hay una lucha intrasectorial...
Sí. Por eso son tan indispensables las políticas públicas segmentadas, diferenciando al chico del grande. Y tiene que ver con la disputa interna en la Mesa de Enlace, sin duda. Hugo Biolcati, con su familia, tiene el tambo más grande de Sudamérica, es el primer abastecedor de leche de la firma Nestlé en el mundo. Debe tener una producción de más de 120 mil litros por día. Yo estoy convencido que él fue el gran estratega de la derecha argentina. Fue quien percibió el valor simbólico de la Mesa de Enlace, porque era el instrumento que le iba a permitir a la Sociedad Rural, que él lideraba –incluso antes de ser presidente– subirse a todos los conflictos y desde ahí pegarle y desgastar al Gobierno. Sin tener socios suficientes ni estructura propia, pero usando las de las otras entidades de la Mesa. Eso él lo ve, con una mirada estratégica.
–¿Cómo se manejó la Federación Agraria frente a esa política?
Biolcati necesitaba conservar la unidad de la Mesa de Enlace, por eso aparentaba ceder: si Federación Agraria le reclamaba reconocer que “los productores no son todos iguales”, él decía: “Sí, pongámoslo”, pero aparecía por el punto séptimo de la declaración. El primer punto siempre planteaba la libertad de los mercados y alguna zancadilla al Gobierno. Biolcati se dio cuenta de que mientras tuviera a la Federación en la Mesa, el Gobierno no le iba a dar políticas segmentadas. Pero la Federación Agraria mantuvo esa estrategia disparatada durante todos estos años, que llevó a que la entidad, de ser una organización gremial agropecuaria formada para discutir por la tierra y la renta en favor de los pequeños y medianos productores, se transformara en un partido político de orientación agraria, cuyo objetivo central era desgastar y sacar a este gobierno, y poner a algún diputado en la lista. Así, fue Barchetta diputado, Forti diputado, Orsolini diputado, y ahora Eduardo Buzzi candidato a gobernador. A ellos les fue bien, pero a los productores les fue horrible, porque la estrategia de ir detrás de la Rural fue muy mala.
–A Buzzi lo acompañó durante muchos años. ¿Cómo evalúa la evolución que tuvo?
A nosotros, como sector, nos pasó lo peor que te puede pasar: que tu líder se pase para el otro lado. Y hoy uno lo ve en Santa Fe como candidato del massismo, y no sólo eso sino acompañado de lo peor de la política santafesina, y la verdad es que da tristeza. Creo que podría haber aspirado a culminar su carrera con mejores compañías. Pero siento que la historia va a ser dura con Eduardo. Me parece que ya no tiene retorno. Más que nada, porque fue un tipo consciente de lo que pasaba. Otros no, como iban a la televisión y por ahí la gente le pedía que se sacaran fotos con ellos, creían que estaba todo bien. Por ahí no se daban cuenta de los intereses que estaban defendiendo, porque no se fijaban ni en la ropa de los que le pedían fotos. No venían en alpargatas. Pero Buzzi sí lo sabía. El no lo va a poder explicar nunca.
–¿En qué momento se dio ese vuelco en la Federación Agraria?
Una cosa es el conflicto de la (Resolución) 125 y cómo nos paramos. Más allá de las opiniones, a favor o en contra, era una norma controvertida, y la Mesa de Enlace era ahí un instrumento para
coordinar la lucha. Pero terminado el conflicto, ¿qué teníamos que hacer en la Mesa? Nada. ¿Qué teníamos que ver con los intereses de la Sociedad Rural o CRA? Nada. En cambio, con el Gobierno había un montón de temas en común. Nos reivindicamos como parte del campo nacional y popular, y frente a un Gobierno que es del mismo campo, ¿le vas a discutir desde el lado de enfrente, como enemigo, al lado de la Sociedad Rural, tratando de tumbar al Gobierno? Como organización gremial, nuestra paritaria es con el Estado, que es el que fija los impuestos, las retenciones, administra los precios. ¿Cómo vas a estar diez años sin juntarte a discutir con el Estado porque estás con la Rural? Ellos pueden aguantar doscientos años sin juntarse, no necesitan al Estado para sobrevivir. En cambio, al pequeño productor una mala campaña lo funde. Encima, después vienen los de la Rural o de CRA y te compran, se quedan con tus campos. Ojalá Príncipe pueda aguantar en la actual posición, porque va a ser presionado desde adentro y desde afuera, y pueda recuperar la dignidad y la historia de Federación Agraria.
Fuente: Raúl Dellatorre-Página12
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