viernes, 11 de julio de 2014

"La crisis": caravanas de autos con argentinos viajan a Río. Aerolíneas sumó 15 vuelos, pero los pasajes ya se agotaron. En micro, la situación es la misma

En busca de un sueño. Son miles los que quieren estar en la final del Mundial. En 24 horas se agotaron los pasajes aéreos. Ayer, sólo de Retiro salieron más de 10 micros. Y otros se fueron en auto en caravana.


Tras el triunfo de la Selección contra Holanda, Aerolíneas Argentinas lanzó un cronograma especial con más de 20 vuelos que partirán, desde Aeroparque y Ezeiza, entre hoy y la madrugada del domingo, con regresos previstos hasta el lunes.

En pocas horas, los fanáticos arrasaron con los asientos más baratos y sólo pasaron a conseguirse tickets por $ 31.160. Ayer por la tarde, ya ni siquiera esos tickets quedaban.


En Despegar.com confirmaron que las búsquedas con destino a Río “explotaron” y que ayer fueron 62 veces mayores a las de un jueves normal. En Turismocity.com, un sitio que compara tarifas de agencias, sumaron las consultas crecieron 800% desde que Argentina pasó a cuartos.

Para ir por aire, la mayoría de los hinchas buscaron sólo pasajes y en algunos casos alojamiento, pero otros también están dispuestos a pagar más de $ 100.000 por paquetes que incluyen vuelos, traslados y entradas.


Sin llegar a los $ 31.000 del viaje en avión, otros miles de argentinos ya están en estas horas en medio de un largo viaje por tierra.

Unos harán en auto, en dos jornadas de manejo, los más de 2.600 kilómetros que separan a Buenos Aires del Maracaná. Sólo en la ida se gasta unos seis tanques de combustible, lo que representa al menos $ 3.500 con precios de Argentina. Como ellos hay muchos: anoche ya se notaba movimiento en las fronteras de Corrientes y Misiones.


Lautaro y Santiago Serrano, por ejemplo, decidieron viajar a Río cuando Argentina definía su pase a la final a los penales. Salieron ayer pasadas las 22 en un micro que en 40 horas los dejará en Río de Janeiro. “Llevamos la carpa y pensamos tirarla en cualquier lado. En la playa, en la calle, no importa. Tenemos que estar ahí porque es histórico”, dicen.

Con su tiempo, su dinero y su “aguante”, los hinchas ya hicieron lo suyo para convertir al Maracaná en una fiesta celeste y blanca. El aliento está garantizado.

Fuente: Clarín

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